
No trabajo para amigos. Tampoco me casaría con una prima hermana. ¿En algún sitio dice que no se debe hacer? No, pero yo no lo haría. Llámame antiguo.
El caso es que un amigo, para el que no he querido trabajar, acaba de lanzar su negocio digital. Con el virus no le ha quedado más remedio que subirse al trapecio.
Tras vaciarme con él, mi amigo ha decidido hacer exactamente lo contrario a mis recomendaciones y compró un paquete de plantillas para crear negocios digitales.
El paquete es muy completito. Tiene una primera encuesta; una landing para describir los servicios; un webinar para captar leads y una secuencia de emails. Tiene también elementos imprescindibles como empezar vendiendo por 1.579 € para dejarlo en 297 € si lo contratas antes de las 23:59.
Resultado:
Asistentes a su webinar: 11. Entre ellos su madre, su novia, su hermana y yo.
Ventas de su servicio: 0.
Y aquí es donde vemos con nitidez la diferencia entre mover las manos y bailar sevillanas.
No es difícil identificar los elementos que forman un proceso de venta digital, ahora bien, la ejecución es la que te llevará al éxito.
Si no eres amigo mío, aquí puedes ver cómo trabajamos el marketing digital en Megamedia.
PD Estoy intentando arreglar el estropicio. Veremos.
Imagen de Hulki Okan Tabak de unsplash